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Servicios de Iniciación de Pagos y Servicios de Información de Cuenta: La materialización del Open Banking

Desde que fue publicado por la Superintendencia Financiera el Decreto 1297 de 2022, en los sectores legal y financiero no para de hablarse sobre los beneficios que traerá la implementación de los sistemas de Open Banking en el país. Artículos, columnas de opinión y hasta podcasts enteros se dedican a exaltar las virtudes del Open Banking en cuanto a su posibilidad de crear valor, impulsar la competencia, aumentar la calidad e incrementar el acceso a los servicios financieros.

Y aunque todo lo anterior es cierto y estamos de acuerdo con que el Open Banking será una fuente de cambio positivo para todos los participantes del sector financiero, todavía no queda claro cómo se verá este cambio. Es decir: poco se habla sobre la materialización y el impacto real en el día a día para los consumidores, comerciantes, entidades financieras y demás participantes del ecosistema financiero de la puesta en práctica de los sistemas de Open Banking.

Para comenzar -e intentando no caer en la reiteración de lo ya muchas veces escrito- el Open Banking se resume en la apertura de la información financiera a terceros participantes (“TPP” por las siglas en inglés “Third Party Providers”). La liberalización de estos datos tiene dos efectos evidentes e inmediatos: (1) se elimina el “monopolio” de las Instituciones Financieras frente al manejo de la información de sus clientes y (2) se abren las puertas para que TPP -que no necesariamente se encuentran bajo la vigilancia de la SuperFinanciera- puedan prestar servicios como intermediadores entre las entidades financieras y los consumidores financieros.

Desde una perspectiva técnica, la apertura de datos conforme al Decreto 1297 implica la necesidad de implementar una Interfaz de Programación de Aplicaciones (una serie de reglas para comunicar a dos aplicaciones diferentes, API) por parte de las entidades administradoras de sistemas de pago, la cual permite la interconexión de datos y funcionalidades con los TPP. Dicho en español: se crea una ruta de acceso para que los TPP puedan hacer uso de cierta información de los consumidores financieros contenida en las bases de datos de las Entidades Financieras, al igual que la posibilidad de iniciar y gestionar órdenes de pago frente a los iniciadores de pagos.

En síntesis, la integración de la Interfaz de Programación de Aplicaciones resulta en la posibilidad de que los TPP presten dos principales tipos de servicios financieros: (1) servicios de iniciación de pagos y (2) servicios de información de cuenta. En países donde ya se viene implementando desde hace algún tiempo esta tecnología, estos dos servicios son la materialización del Open Banking y cada uno abre un muy interesante espectro de posibilidades para los participantes del mercado.

Servicios de Iniciación de Pagos

Los Servicios de Iniciación de Pago (“SIP”) les dan la posibilidad a los usuarios de -como bien lo dice su nombre- iniciar órdenes de pago a través de los TPP. En otras palabras, los SIP permiten a los consumidores financieros ejecutar órdenes de compra sin tener que acceder o utilizar directamente sus servicios o productos financieros (como, por ejemplo, una tarjeta de crédito o una aplicación del banco). Como es evidente, a través de este sistema se le ahorra al usuario la necesidad de tener que ingresar sus datos bancarios y de autenticación cada vez que desee realizar una compra. Sin embargo, esta no es la única aplicación real de los SIP.

Debido a que los TPP no están conectados a una sola entidad financiera, sino que se comunican con el sistema de pagos como tal, pueden fácilmente generar a través de los SIP órdenes de pago desde y hacia cualquier entidad financiera a petición del usuario. Además, con el sistema de autenticación -por medio del cual se le otorga confianza delegada al TPP para ejecutar las órdenes frente a las entidades financieras del usuario- se abre la posibilidad de que los usuarios automaticen y simplifiquen sus movimientos financieros.

Una de las aplicaciones más interesantes de los SIP será que los usuarios podrán tener la posibilidad de crear solicitudes de pagos programados y automatizados, con montos y destinatarios fijos o variables; topes o mínimos determinables y frecuencia personalizable. Lo interesante aquí es que no sería necesario que los usuarios autoricen o autentiquen cada transacción, pues la confianza delegada en el TPP permitiría que los movimientos se den de manera completamente automática y sin necesidad de supervisión.

La también posible integración de los SIP en plataformas digitales y redes sociales brindaría una nueva experiencia de usuario al momento de realizar pagos a través de estos medios, generando la posibilidad de que los pagos a terceros se realicen desde la misma plataforma sin necesidad de acudir a los canales digitales de las instituciones financieras. Los pagos en establecimientos de comercio también pueden verse permeados por los SIP, utilizando medios digitales e incluso análogos para acceder a la interfaz de los TPP.

La gestión de cobros y pagos será, gracias a los SIP, más fácil y eficiente que nunca.

Servicios de Información de Cuenta

Otros de los servicios que serán posible gracias al Open Banking, los de Información de Cuenta (“SIC”), le permiten a los usuarios consultar y tener acceso en tiempo real a la información de sus productos financieros a través de la interfaz de los TPP. Lo que esto significa es que la información de cuentas, créditos, deudas, préstamos, inversiones y otros productos financieros podrá estar centralizada en una sola aplicación, sin importar en que institución financiera hayan sido solicitados.

Esto cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que los TPP se especializan en la construcción de aplicaciones e interfaces -a diferencia de las instituciones financieras- por lo que la experiencia de usuario para los consumidores financieros se verá significativamente mejorada. Podemos esperar que el diseño, la facilidad de uso, la interconectividad y rapidez de estos servicios mejore substancialmente.

La posibilidad de unificar de toda la información financiera en una sola aplicación traerá, por supuesto, grandes ventajas en cuanto al acceso y el uso de los productos financieros para los consumidores, quienes podrán llevar un mejor control y manejo de sus finanzas. Esto también da cabida para que los TPP desarrollen otro tipo de SIC encaminados a la reducción de costos, mejora de historial crediticio, aumento de ganancias y en general a la mejor toma de decisiones financieras por parte de los consumidores.

Para pequeñas, medianas y grandes empresas, los SIC traerán también sus beneficios. Servicios de contabilidad, tributación y cobro, entre otros, podrán ser desarrollados por los TPP dentro de sus aplicaciones para así mejorar la administración financiera de estos establecimientos de comercio. El incremento en la oferta de canales de pago para los clientes y la reducción en costos de monitoreo y seguimiento será también determinante para estos comercios.

La entrada al mercado financiero de terceros expertos en el desarrollo y construcción de aplicaciones e interfaces tendrá implicaciones que, por lo pronto, son imposibles de prever. Sólo podemos esperar que en los próximos años disminuya la fricción que existe para el procesamiento de pagos y la consulta de información financiera y que, a su vez, aumente la interconexión de los servicios financieros dentro de aplicaciones, plataformas digitales, establecimientos de comercio y en cualquier lugar -físico o digital- en donde se haga uso de servicios financieros.

Gracias al Open Banking, pagar y cobrar será más fácil que nunca, pero también lo será controlar y administrar las finanzas, así que, todos ganan.

Autores

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Lorenzo Villegas-Carrasquilla
Socio
Bogotá
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Martín Téllez