Inversión inmobiliaria en Colombia para el 2023 ¿a quién beneficiará?

En los últimos tres años, la humanidad se ha enfrentado a eventos imprevisibles e improbables que han derivado en crisis económicas. Colombia, como todas las economías del mundo, no ha sido inmune a sus efectos, sumado al cambio de gobierno, el impulso de la agenda legislativa de corte reformista y las dinámicas alcistas del dólar y la inflación. Pero entonces, ¿Cómo afecta esta coyuntura el mercado inmobiliario en Colombia?

Para responder a dicho interrogante, es esencial analizar el incremento acelerado y sostenido de las tasas de interés, la cual es una medida de política monetaria indispensable para controlar la inflación. Esta medida, aunque necesaria, afecta la posibilidad de adquirir inmuebles con financiación y por ende reduce la demanda de estos, causando un exceso de oferta, lo cual termina impactando el precio de los bienes inmuebles.

The Economist en su artículo titulado “A global house-price slump is coming” resaltó que países como Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur y países nórdicos, el incremento de las tasas de interés ha significado un descenso de hasta el 9% en el precio de los bienes inmuebles en menos de un año. Creando un escenario atractivo para los inversionistas que no requieran apalancar sus recursos y que tengan un perfil tolerante al riesgo.

Con todo, el Banco de la República analizó el estado de la cartera y del mercado inmobiliario en el primer semestre del año 2022 y concluyó que, a pesar de que hay desaceleraciones en la oferta y demanda, los precios todavía no se habían visto impactados aún. Será necesario evaluar el resultado del análisis del segundo semestre de 2022 para determinar las proyecciones del año 2023.

Es cierto que de la crisis vienen las oportunidades y aunque esta coyuntura mundial impacta directamente el mercado inmobiliario, los bienes inmuebles son generalmente activos que responden bien a tiempos de incertidumbre. No obstante, el panorama es favorable para un grupo reducido de personas que tienen tolerancia al riesgo y no necesitan recurrir al apalancamiento; mientras tanto, para el común de las personas es una situación poco favorable y reduce su capacidad para tener vivienda propia, generando una desaceleración en el mercado inmobiliario y de la construcción. Siendo éste un motor muy importante de la economía nacional y uno de los principales generadores de empleo. Por esto, resulta indispensable conocer cuál será la política del Banco Central y del gobierno nacional para atender esta situación e impulsar este importante bastión de la economía.